Acerca del disco…
Conscientes de que un canto rodado no es una canción que vaya dando tumbos por los arrabales de la vida fracturando corazones sino una piedra de río a la que la caricia constante de las aguas va borrando las facciones, de la misma manera que el tiempo, ese otro río en el que ruedan los recuerdos, va puliendo los vestigios del pasado hasta hacer de la memoria un refugio de nostalgias en peligro de extinción.
Gustavo Camacho y Eric Trejo han querido dejar en esta grabación un rastro que les permita entender el color de sus futuras nostalgias, a la vez que un testimonio de su perene amistad y del constante amor hacia sus raíces.
Acerca de las raíces…
La tierra es la memoria del hombre. En su seno reposan los recuerdos, germinan las nostalgias y el tiempo embalsamado aguarda la mano que desvele su pasado. En sus honduras misteriosas los metales y los muertos maduran por igual al amparo del silencio. Mortaja de la historia, sudario de la vanidad, la tierra es también asidero de la imaginación para aquéllos artistas que, como Gustavo Camacho y Eric Trejo, saben que el cielo es inaccesible para aquél que no hunde en ella sus raíces.
Influenciados por los delirios del poeta de Epidauro Fáunides Agapimúnides Sagaposlambanómenos descubrieron en la prosa de Jorge Luis Borges ese objeto conjetural que contiene a la vez en un solo punto todos los tiempos y todos los espacios que son y han sido, el aleph, y decidieron no sólo hacerlo suyo por el nombre sino también por la ambición de contener en su música todas las cosas que con doce cuerdas se puedan decir.
Roberto Ruiz Guadalajara